Aunque en un principio se creía que el pequeño padecía mononucleosis, y más tarde se especuló con la posibilidad de que los médicos le hubieran diagnosticado paperas, a la espera de un comunicado oficial la preocupación por su estado de salud no había dejado de crecer debido al hermetismo de la familia Bublé-Lopilato, generalmente muy abierta con la prensa.